NOVIEMBRE 9, 2021
Este martes, la Navidad inició en el Centro Comercial El Recreo. Cerca de las 6:30 de la tarde, la señora Claus llegó reclamando la presencia de su esposo, acompañada de elfos con fuegos artificiales preguntaba a los pequeños que se encontraban en el lugar si sabían dónde se había metido San Nicolás.
Foto: Raúl Romero
Pocos minutos después y en medio de una entrada triunfal, a bordo de un vehículo deportivo rojo con música a todo volumen y las puestas abiertas, emulando un Transformer, ingresó al centro comercial el gordito bonachón, trajeado de rojo y su característica barba blanca, para encender las luces del árbol de Navidad que adorna la plaza central.
Todos los presentes admiraban a la pareja Claus mientras algunos niños, privilegiados en la planta baja, corrieron a sentarse a sus pies, mientras el resto de los asistentes esperaba el encendido del árbol que llega hasta la penúltima planta del centro comercial como una señal de que arribó la Navidad.
Pero antes de que esto sucediera, el Grinch llegó para amenazar con robarse la Navidad y en una lucha simbólica con los elfos no tuvo más remedio que unirse a la celebración y junto a los presentes sumarse a la cuenta regresiva para el encendido del árbol y el inicio formal de la época más bonita del año, la Navidad.
Foto: Raúl Romero
La vamos a pasar muy bien
Cerca de las 7:30 de la noche, el presentador anunció la llegada de «uno de los más grandes talentos venezolanos» y con su popular himno al optimismo, Ilan Chester se dio cita en el la plaza central para cantarle a los presente: «Vamos a pasarla bien».
Foto: Raúl Romero
El recital fue una suerte de mini concierto íntimo del cantautor venezolano de origen israelí. Mientras el artista cantaba sus éxitos más solicitados, los pequeños de la casa corrieron detrás de San Nicolás y su esposa cuando se retiraban del lugar, al tiempo que los más adultos coreaban y bailaban recargados de las barandas como si estuvieran en un concierto solo para ellos.
Entre anécdotas, piano y su voz a capela, Ilan cantó unas diez canciones para amenizar la velada. Antes de culminar el concierto, le dio la bienvenida en la guitarra a Aquiles Báez, para cantar juntos “Niño lindo” y otros villancicos que suelen entonar en las escuelas para celebrar la llegada del Niño Dios.
En medio de aplazos y gritos Ilan se despidió de los presentes entonando la mítica canción, en honor al pulmón vegetal más grande de Caracas, «Cerro Ávila». Previamente, les aseguró a los asistentes que esto -refiriéndose a su relación con los fanáticos- es «para siempre» y así culminó la jornada que llenó de música, luces y confeti al centro comercial, ubicado en el municipio Libertador de Caracas.
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